El rEcUerDo nOs TrAe UniDOS

Sentada frente al teclado recuerda a su amado. Oleadas de imágenes se presentan en sus pensamientos, donde ambos se encuentran juntos, fundidos, mareados de tanto girar. Sus imágenes se confunden, nota que con sus palabras, al escribirlas, recrea nuevos encuentros y ya no se siente sola, sabe que cada vez que lo piense estará en él y él en ella. Puede inventar y vivir infinitos reencuentros, puede recrear cada instante vivido de una y mil maneras, pero sabe que debe ser cautelosa, que ese mundo al que está apelando, al que vuelve sincrónicamente, no debe serlo todo, sabe que hay muchas vidas, muchas experiencias, y que en su materialidad el reencuentro aún no ha llegado.
Por momentos el deseo de sentir tan fuerte como aquellas veces la inunda y los ve tan lejos que ya no sabe si se concretaran nuevamente, siente la dificultad de poder avanzar por mucho tiempo, pero pronto sabe que esas ideas son originadas por el miedo, el miedo que anula, que frena, que paraliza y sigue escribiendo, recreándose a cada instante, reinventándolo y está en calma.