AL peque

A veces pierdo la cuenta, 25 semanas, 26, 27...6 meses, casi 6, entre 5 y 6, varios meses. Pies hinchados, piernas hinchadas, robustas, pesadas, con relieves celulísticos en los muslos. Me miro al espejo y los cambios no se ven tanto como se sienten. Dolores en la cintura, en el ciático, en la cadera, costillas, espalda. Siento mi cuerpo abrirse para darte paso. Estoy atenta a mis dolores, sensaciones, molestias, cada día algo nuevo o algo viejo que se moviliza. El tiempo se mide en otras coordenadas, hay una redondez que se acentúa, una circularidad que te abraza y acaricia. Hay cambios que vienen y no son sólo corporales, se sienten fuerte desde abajo, se perciben. Ya no soy quien era, no esperen encontrar en mí esa que alguna vez conocieron, quizá haya vestigios, pero la metamorfosis es casi completa. No me importa perder si en ello gano este amor y esta oportunidad de ser madre; humana-mamífera, arbórea. Me abro para que existas, muero un poco para que nazcas, me transformo para darte paso. Te amo pequeñín.

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