SenTrizLoR

¿Qué es aquello que me agobia y estrangula mi espalda? ¿Qué dolor se aloja debajo de mi omóplato produciendo una sórdida llamada de atención constante sobre esa parte de mi cuerpo? Como un ardor, el dolor me permite sentir lo olvidado. 
Es extraño lo distante que me encuentro de mi misma muchas veces, como si navegara, de todas formas confinada, limitada por condicionantes materiales y sociales, limitada por el cotidiano, por el hacer. 
Así, el dolor incrustado, encarnizado, llamándome a sentirlo, así el dolor, trayéndome, acercándome. Extraño y raro, el dolor indeseable me trae conmigo, extraño y raro, el día se hace eterno, siento mi cuerpo y pienso: dolor-sentir.
Aparenta contradicción, aparenta engaño, pero no es acaso algo que está mas allá de quererlo? Acaso no forma parte de lo aprendido? Esa relación tan común, esa relación de sacrificio y vida, relación encarnada, fija como atravesada.
¿Acaso me escudo en mi dolor para no seguir? acaso duelo mi tristeza, acaso se aloja ahora, allí en mi espalda, mi tristeza?
No es mas grande que las palabras,  no es más fuerte que mis ganas de escribirlo, no es mas grande que la certeza que en cada letra se disuelve un poco. Mientras mis dedos recorren el teclado y mi mirada fija su foco en la pantalla, viajo hacia mi espalda y de nuevo aquí, voy y vengo y estoy mas presente, ni mis pensamientos agotadores, ni el ardor, ni las vueltas de las ideas son por si mismas mientras escribo.

Comentarios

Entradas populares