Volviendo a cReeR

Me alejé hace tiempo ya de mi, creí que si buscaba los términos correctos y los modos técnicos del lenguaje sería mejor escritora, concluyó todo en que me abandoné a la ambición de ser poderosa. Dejé convencerme de que yo no podía, que lo mío era todo un cliché, pues si realmente es así, ¿qué importancia tiene? ¿Acaso no tenemos todxs algo de cliché? ¿Qué importancia tiene la opinión de alguien que dice saber más? ¿Por qué necesité de saber el proceso de construcción de la narración? Alguna vez pensé que la escritura narrativa como el arte en general no necesitaba de ser enseñado, sino que nacía desde lo profundo, desde nuestra necesidad de expresarnos, entonces ¿Por qué vacilé en esa idea y me dejé llevar hacia la búsqueda de escribir algo perfecto? Perfecto para quién, ¿qué me interesaba más? ¿qué me fuera útil y que pudiera yo decir eso que me oprimía o ser reconocida por los demás? Aprendí que la búsqueda de reconocimiento puede ser una trampa encarcelatoria, un modo de dejar de expresar hasta encontrar la fórmula en que alguien alguna vez viera algo distinto en mi. ¿Por qué no tan sólo reconocer la mediocridad que habita en mi? ¿Por qué pensar que ser mediocre es algo que se debe ocultar? ¿Acaso no soy yo medio ocre? ¿a quién le importa qué hago o dejo de hacer? Con el tiempo, y ya lo sabía de antes, me doy cuenta de que ser nadie es una posibilidad inmensa de ser cualquier cosa que quiera, no deberle nada a nadie, no estar obligadx a cumplir expectativas, simplemente vivir y transitar el mundo probando distintos rumbos, distintas miradas, distintas vidas. Hay veces que debo moverme hacia otro lugar para que quien me conozca de una manera ya no me reconozca y tan luego vuelva a verme como otra, otrx ser que ya no es pero que sin embargo deja ver vestigios de quién fue. Ya no importan los logros que alguna vez pensé debía alcanzar, ya no quiero ser gobernada por esa ambición del reconocimiento, reconozco que aún me tienta, cada tanto me imagino recibiendo algún premio, es algo ridícula esa imagen, pero es tan cierta como que ya no quiero que siquiera me importe me vean imaginándolo. La ridiculez me ha salvado mas de una vez de tener que responder a una pretensión social de tener que ser alguien. Al carajo con todo! he vuelto a las desvarianzas del pensamiento y a su absurda necesidad de ser expresadas y compartidas!

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