Encontrándome hacia mi muerte

¿Que es eso que nos une y mantiene conectades a los seres humanos? Acaso no es el dolor de la existencia, el sabernos vivxs pero inherentemente caminado hacia nuestra propia muerte? Y en ese trayecto jugamos a conocernos, conectarnos, comunicarnos, a veces nos pensamos como un solo ser, otras extremadamente aislades y solxs, tan solxs como en nuestro vientre materno. Allí compartiendo a nuestras madres pero sin tener la conciencia de ello, sin saberlas madres, sin comprender mas que el instinto mismo de nuestra animalidad. Muchxs nacemos con dolor, nos infringen violencia desde nuestra gestación, y nacemos y nos separan por primera vez de nuestra animalidad y allí ya nos buscan parecidos. ¿A quién se parece? ¿De quién aprenderemos a construir nuestros pensamientos y nuestros modos de relacionarnos? No sería acaso necesario que no sean sólo las madres biológicas las que crían a sus niñxs, a caso no necesitamos que la humanidad completa nos críe y enseñe y tengamos la posibilidad de ser desde un millar de experiencias? Vengo entendiendo quién soy y ando buscándome, pues la fuerza que mi familia biológica impregnó en mi es tan irremediablemente estructurante que necesito proyectar hacia el universo todo eso que me constituyó y que tanto dolor me ha causado. Ahora entiendo que es ese sufrimiento el que me deja ver a través de la puerta, me deja pispear en otros mundos y otras experiencias, me llama a querer otra cosa; lentamente, sin prisa y con pausa, voy caminando hacia mi muerte, instante en el que finalmente me encontraré conmigo y paso seguido dejaré de estar y de sentir así, tan animalmente como siento.