Danza del Gineceo


No la veía, no estaba, sin embargo allí había alguien. Todxs bailaban a su alrededor. Se nota su carácter femenino, aunque por momentos parece corroborar lo que la psique apoya como masculino. Todxs danzaban a su alrededor y la hacían mecerse, girar como viento arremolinado, como wayramuyo. Sin embargo allí no estaba, sabía que estaba pero no se veía. Sus ropas eran de tules, desgastados, quemados sus colores por el sol, agujereados por el tiempo. Sus pasos sutiles como danzarinxs expertxs, parecían realizarlos con tal facilidad que daban ganas de bailar con ellxs, aunque no la veía. Ella que es él está ahí, lo sé, bailan a su alrededor, la mecen, sin ellxs no tiene vida; ¡No dejen de bailar! Que no acabe su danza, de ustedes depende que ella baile, amo saber que baila, aunque no la veo, saber que está me calma.
Todxs giran con ella, sus tules claros y rosas, sus cuerpos masculinos, sus músculos marcados, sus fibras tensas y magras; tensión-flexión, fuerza-equilibrio, contracción-elongación. Ella depende de esos dúos para moverse, son cuerdas que la estremecen, laten con el flujo menguante. Colores pálidos, aletargados, lentos... Movimientos rosas, amarillos suaves y tintes rojos. Ella está, creo que la vi, me susurró algo al oído, giré pero la perdí; está entre ellxs, con ellxs, en ellxs. Que placer su aire en mi oído, efímero, volátil, intangible, aún así, amoroso. Ay, cuánta belleza!, quisiera yo tenerla, pero sé que así desaparecería. Mejor saber que está ahí, que vive y danza, aunque no la vea, aunque no la toque, aunque... Aunque no sepa que estoy. No sabe que estoy. Me ve, pero no estoy. Ella que es él ahí y yo, acá, tan lejos. Se que está, me ve, no estoy, no la veo. Que sigan danzando, casi olvido su baile, casi olvido todo! Casi dejo de saber que está, casi me vuelvo invisible, casi desaparezco. Por suerte siguen bailando, los tules mas roídos, los colores desaparecidos, pero ellxs están, sus pieles aún están y su pies suaves apenas tocan el suelo y ella, ella ahí, se que aún sigue ahí. Atesoraré su baile por siempre, aquí conmigo, pequeñito, hecho un bollito, en mi pecho, al son de mis latidos.

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